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Illa trata de salvar la crisis de los trenes sin enfrentarse a Renfe y a Adif

El Govern evita el choque con las operadoras del servicio y la oposición reprocha la tibieza

Marc Rovira
El presidente de la Generalitat, Salvador Illa (d) y la consellera de Territori, Silvia Paneque (c), a su salida de la sesión plenaria, en el Parlament, acompañados por el conseller Albert Dalmau.

El juego de equilibrios que pone en práctica Salvador Illa para solventar la frágil mayoría que tiene en el Parlament incorpora a participantes nuevos cuando el pleno aborda el caos de Rodalies. Acostumbrado a buscar apoyos en campo rival, básicamente llamando al timbre de Esquerra y de los comunes, el president trata de revertir en beneficio propio la mala fama que cargan Renfe y Adif y convertir a ambos operadores en aliados para lograr salir de tres días de debate ferroviario sin ser atropellado. El Govern acepta que el deficiente funcionamiento de los trenes de cercanías merece una solución urgente y asume que los sufridos usuarios, unos 400.000 diarios, deseen pasar cuentas con los responsables de un desaguisado permanente. Pero Illa, lo mismo que su consejera de territorio Sílvia Paneque, tienen un guion donde se repite que la “autoexigencia” es tan importante como el “no confrontar” y evitar los “reproches”.

Los trenes catalanes exhiben menosprecio por los horarios marcados y a los viajeros de Rodalies aún les chirrían en los oídos unas controvertidas declaraciones que hizo Isaías Táboas, expresidente de Renfe, para asegurar que la puntualidad de los convoyes es del 93%. Un descrédito parecido generó Adif cuando aseguró, y luego tuvo que desmentirlo, que la caída de un rayo tenía la culpa de una avería que limitó durante semanas el acceso en tren a Barcelona desde Gavà.

Renfe y Adif aparecen en la diana de las críticas por el mal servicio que se presta en Cataluña pero el Govern asume que no puede ganar la partida sin contar con dos jugadores esenciales. “La ciudadanía nos pide que nos enfoquemos en resolver aquello que no funciona”, alegó el president en el arranque del pleno de este martes. “No es momento de buscar culpables, no vamos a mirar atrás sino que se trata de encontrar soluciones”, añadió Paneque, que muy probablemente será reprobada por el pleno de la cámara al finalizar este pleno.

La estrategia del Govern responde a la prudencia que impone tener 42 escaños sobre 135, y a las muestras de fuerza que han dado Renfe y Adif. El traspaso de las competencias de Rodalies a la Generalitat, fruto de un pacto entre el PSOE y ERC, causó disgusto entre el colectivo de maquinistas, contrarios a dejar de formar parte de la Administración del Estado para pasar a las filas de la Generalitat. La convocatoria de ocho días de huelga terminó propiciando un retoque en las condiciones del traspaso y asegurar que el servicio seguirá siendo operado por Renfe y Adif.

Ester Capella, portavoz de ERC, señaló al Govern por hacer de “parachoques de la incompetencia de Renfe y Adif”. Más duro fue Salvador Vergés, de Junts: “Todo lo que sea Renfe no nos interesa, lo que queremos es echar a Renfe de Cataluña”, dijo.

La diputada del PP Ángeles Esteller denunció que la gestión de Rodalies ha estado “demasiado politizada durante años” y acusó como culpables de los males del servicio al ministro de Transportes Óscar Puente, a los comunes (porque a través de Sumar forman parte del Gobierno), y a Junts y a ERC por la capacidad que tienen de influir en el Ejecutivo de Pedro Sánchez.

Mientras, desde las filas del Govern el único atisbo de reproche lo soltó la consellera Paneque, “la situación que nos hemos encontrado solo se puede explicar si se asume que Rodalies no ha sido una prioridad estratégica en Cataluña”, y rápidamente subrayó que “Rodalies es una cuestión nuclear y todos tenemos que ser parte de la solución”. Illa insistió en que la mejora de los cercanías será un viaje largo, “no escondemos la cabeza bajo el ala”, dijo, y mostró interés en no dejar a nadie por el camino: “La ciudadanía nos pide que nos enfoquemos en resolver aquello que no funciona”, sentenció el president.

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Sobre la firma

Marc Rovira
Corresponsal económico de EL PAÍS en Cataluña, encargado de seguir la información relacionada con la actualidad empresarial y política. Licenciado en Derecho, durante una etapa en la prensa local trabajó en Girona y en Tarragona. Ya en EL PAÍS, tuvo un paso por la sección de Deportes, cubriendo el Mundial de MotoGP. Colaborador en la SER y en TV3.
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