Concluido el duelo del pasado lunes en TVG, con escasos réditos para el actual presidente y candidato popular, Alfonso Rueda, el PP intenta pasar página de los debates en la campaña gallega. Al día siguiente se apresuró a anunciar que ni Rueda ni ningún otro dirigente acudirá al convocado por RTVE para el próximo martes 14, donde sí estarán los líderes del BNG, Ana Pontón, y del PSdeG-PSOE, José Ramón Gómez Besteiro. Rueda se escudó en que solo confrontaría en un cara a cara con uno de los candidatos de la oposición si estos se ponían de acuerdo en designarle un contrincante.
La condición puesta por el líder popular se antoja de imposible cumplimiento: una cosa es que los rivales del PP ante las elecciones del 18-F se esfuercen por no pisarse la manguera y otra que alguno de ellos esté dispuesto a ceder el paso amablemente para debatir con el actual jefe del Gobierno autónomo. Pero quien ha tomado la iniciativa ha sido la SER en Galicia, que el miércoles se dirigió a Rueda y a Pontón —cabeza de la alternativa, según todas las encuestas— para proponerles el duelo a dos. La nacionalista aceptó de inmediato. Un día después, el PP se escudó de nuevo en que deben ser los partidos de la oposición quienes designen a su contrincante.
“El PP gallego hace como el fútbol italiano: juega a que no pase nada”, observa el socialista Besteiro, con su habitual deje socarrón. “Y por eso convoca unas elecciones con la Navidad por el medio y el Entroido [el muy festejado Carnaval gallego] en la última semana de campaña”. Esa estrategia de enfriar la campaña, de dejarla pasar casi como una rutina, ya era manifiesta en los tiempos de Alberto Núñez Feijóo. El objetivo, según sus oponentes, frenar la movilización de esa parte del electorado urbano que solo acude a las urnas en las generales, normalmente con mejores resultados para la izquierda.
La estrategia se evidencia en hechos como que la Junta Electoral interviniese para obligar a TVG —donde un grupo de trabajadores lleva seis años con protestas semanales para denunciar manipulación a favor del PP— a incrementar el tiempo de información que había previsto para la campaña. O que el único debate que deseaban los populares se programase a 13 días de la fecha de los comicios. Pasado el trance, el PP no quiere más duelos entre los líderes, aun a costa de granjearse las críticas de sus antagonistas y del comité de empresa de TVE en A Coruña, que calificó su negativa de “afrenta al electorado”.
Las encuestas apuntan a una mayor activación en los últimos días del electorado de izquierda, uno de los fenómenos que podría poner en riesgo la hasta ahora imbatible mayoría absoluta de los populares. Frenarlo resulta esencial para el PP. Al mismo tiempo, los populares han acentuado el choque con el nacionalismo, presentándolo como su auténtico adversario y endureciendo el tono. En un mitin la noche del miércoles en Arteixo (A Coruña), Rueda advirtió del “peligro real” de un “independentismo con piel de cordero” cuyo objetivo sería “importar el modelo de Cataluña”. Pontón recogió el guante este jueves: “Ya nos está haciendo la oposición”. “Sabe que somos la alternativa, que le estamos disputando la presidencia”, insistió la candidata nacionalista, que emplazó a Rueda a que “deje de esconderse” y se someta a más debates.
El presidente celebró este jueves consejo de Gobierno y explicó los acuerdos ante la prensa, con gran cautela de no entrar en disputas sobre el 18-F tras recibir amonestaciones de la Junta Electoral por aprovechar la institución para lanzar mensajes de campaña. La política de ayudas públicas de todo tipo es uno de los pilares de la gestión de la Xunta y en vísperas de los comicios no podía ser una excepción: Rueda anunció subvenciones para comprar aparatos que permitan resintonizar las televisiones ante el próximo apagón de los canales sin alta definición, para las empresas que contraten a personas en riesgo de exclusión social o para la compra de viviendas.
También el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, se topó este jueves con la Junta Electoral, que ordenó abrirle un expediente por anunciar el pasado 24 de enero, en un acto institucional en Ferrol, un contrato para construir un gran buque en el astillero de Navantia. La Xunta Electoral de Galicia ya había constatado que Sánchez incumplió el principio de “neutralidad política” pero no le había impuesto ninguna sanción. El PP recurrió a la Junta Central, que ahora ordena a la gallega abrir ese expediente con propósito sancionador. Sánchez volverá este viernes a Galicia a un acto en teoría institucional, la celebración del Día de la Mujer en la Ciencia en A Coruña.
Quien no acudió personalmente, pero sí tuvo su aparición en la campaña gallega, fue Pablo Iglesias. El fundador de Podemos publicó un tuit pidiendo el voto para la candidata de su formación, Isabel Faraldo. Parecería una obviedad si no fuera porque Iglesias había afirmado semanas atrás que el voto útil de la izquierda debería ir al BNG.
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Es corresponsal parlamentario de EL PAÍS. Anteriormente ejerció como redactor jefe de España y delegado en Brasil y Galicia. Ha pasado también por las secciones de Deportes, Reportajes y El País Semanal. Sus primeros trabajos fueron en el diario El Correo Gallego y en la emisora Radio Galega.