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¿Nació el ‘tardeo’ en Albacete? Cómo la idea de una copa con tapa cambió para siempre el ocio español

En los últimos tres años, la tendencia de adelantar la fiesta ha crecido al doble, y cada fin de semana la disfrutan un millón de personas, pero una teoría (y varios hosteleros) señalan a una ciudad y a una calle muy concreta del mapa español como inventora de esta ideaa

Terrazas en Madrid, donde el concepto de 'tardeo' se instaló para quedarse durante los meses posteriores al encierro por la pandemia.
Terrazas en Madrid, donde el concepto de 'tardeo' se instaló para quedarse durante los meses posteriores al encierro por la pandemia.Miguel Pereira (Getty Images)

Hay cosas que se integran en nuestra rutina tan naturalmente que ni nos detenemos a pensar de dónde vienen. Una de ellas es el tardeo. Con una ligera amnesia, un madrileño podría imaginar que las fiestas en el Florida Park del Retiro, que empiezan a las cinco de la tarde, han estado ahí desde siempre. Sin embargo este fenómeno, que llegó a la capital para quedarse durante la pandemia, tiene un lugar y una fecha de nacimiento muy concretos: las calles Tejares y Concepción en Albacete.

El tardeo, según Vicente Pizcueta, portavoz de España de Noche, “es simple y llanamente, salir por la tarde”. “Alargar la comida con una tertulia y música de fondo ha pasado toda la vida. La novedad es que ahora la fiesta, en lugar de empezar a las once de la noche, comienza a las cinco de la tarde”, añade. Es importante señalar que este fenómeno se ha materializado de un modo ligeramente distinto en cada lugar. El tardeo en Madrid no es el mismo que el que se popularizó en Alicante hace una década, y difiere mucho del concepto que un grupo de amigos ideó en los años noventa en Albacete.

En 1994, cinco amigos abrieron El Cuco, inicialmente concebido como un pub o bar de copas tradicional. Uno de ellos era Alfonso Gómez. Él y un amigo solían hacer escapadas a Granada y otras ciudades andaluzas, hasta que un día a uno de ellos se le ocurrió llevar a Albacete el concepto de la caña con tapa, típico de Andalucía. Esa curiosa combinación de mojito con una tapa de tortilla fue la semilla de lo que más tarde se convertiría en el tardeo. “Los pubs ya podían abrir por las tardes, pero lo que realmente marcó la diferencia fue la posibilidad de prácticamente comer en un pub. Lo que solía pasar en los bares, ahora ocurría en un pub, con un DJ”, resume el hostelero.

Gómez asegura que, muchas veces, las mejores ideas surgen por casualidad. El Cuco funcionaba bien, y la fórmula de la copa más la tapa estaba teniendo cierto éxito, pero aún faltaba un ingrediente para completar su receta perfecta. Abrían a las doce del mediodía, cerraban a las cuatro, y volvían a abrir a las ocho. “En esa época, los locales estaban muy diferenciados: los que servían café abrían por la mañana, las comidas se ofrecían al mediodía, y las copas por la tarde-noche”. En uno de los primeros aniversarios del local, sirvieron paella para todos los clientes, sin cerrar desde las 12 del mediodía hasta la noche. “Durante toda esa franja de tiempo, la gente no se movía del local. Terminaban de comer y, sin pausa, en el mismo lugar, comenzaban a bailar. Ahí nos dimos cuenta de que era una fórmula de éxito”.

Las calles vacías de Albacete, tal vez porque sus habitantes están de tardeo.
Las calles vacías de Albacete, tal vez porque sus habitantes están de tardeo.Europa Press News (Europa Press via Getty Images)

La gente comía, charlaba y, de vez en cuando, se animaba a bailar. En Albacete la gastronomía jugó un papel esencial en la popularización del tardeo. Según Gómez, esta combinación de buena comida y ambiente fue lo que logró enganchar al público, haciendo que nadie tuviera prisa por irse. “Después de comer, se toman sus copas y, a eso de las siete u ocho de la tarde, volvemos a ofrecer la caña y la tapa, lo que llamamos la retapa. El objetivo siempre fue que los clientes pudieran pasar todo el día en el local sin necesidad de marcharse. Algunos, antes de irse, me dicen: ‘Alfonso, me senté a las doce y me estoy yendo a la una de la mañana”.

Alfonso Gómez, junto a su hermano Alejandro y su socio Carlos Alberto García Congui, abrieron varios locales más, como el Tejares 10, el Cotton y La Ronería, todos en un radio de 100 o 200 metros. García explica que fue fundamental, a lo largo de todo el proceso, la sinergia creada con la feria de Albacete, que este año ha sido elegida como la mejor festividad de España. “Nosotros tomamos de la feria la tradición de hacer mojitos y, cuando el fenómeno del tardeo empezó a expandirse, la feria también comenzó a abrir las carpas más temprano”. Esta situación contribuyó a que, en muchos fines de semana y en el periodo de feria, la demanda hotelera en Albacete fuera muy elevada.

Durante los primeros diez o quince años, este fenómeno se expandió de boca en boca hacia las zonas más cercanas. “De hecho, en Murcia se enfadan porque en algún momento ellos han intentado vender que fueron los inventores del tardeo”, bromea Vicente Pizcueta. Desde Murcia, pasó a Alicante, donde el fenómeno creció al ser una ciudad más turística, pero tuvieron que pasar unos diez años, hasta las navidades de 2019, para que el tardeo llegara a Valencia. “Poco después, el tardeo se convirtió en una palabra conocida por todos, apareciendo incluso en anuncios de televisión, y fue la pandemia la que actuó como catalizador de su popularidad, especialmente en Madrid, donde las restricciones eran más laxas. Ahora mismo, está presente en toda España”, afirma el portavoz.

El tardeo ha ganado una notable relevancia en el ocio en España, desplazando en parte al ocio nocturno tradicional. Vicente Pizcueta explica que, entre los cambios que trajo la pandemia al sector, como la venta anticipada de entradas o los espacios reservados para grupos burbuja, la costumbre de empezar la fiesta antes —entonces obligada por el toque de queda— es la que más ha perdurado. Según el experto, un millón de personas practican el tardeo cada fin de semana, una cifra que se ha duplicado en los últimos tres años. Además, el 20% de los locales de ocio abren durante las tardes todos los fines de semana.

Pizcueta señala dos factores clave para entender el éxito del tardeo. En primer lugar, destaca la importancia de la curva demográfica: “La generación de boomers es mucho más numerosa que la de los jóvenes, por lo que es lógico que la oferta se dirija principalmente a ellos”. En segundo lugar, menciona el factor turístico: “Aunque no sea cierto que en toda Europa la fiesta termine a las tres de la mañana, eso no impide que los turistas aprovechen la oportunidad de disfrutar de la fiesta española desde las seis de la tarde, ya que en muchos casos es uno de los principales motivos de su visita”.

Pizcueta asegura que el tardeo es ideal para “una generación de cuarentones cuya vida nocturna estaba en franca decadencia”, ya que les resultaba difícil esperar hasta las dos de la madrugada para que “pasara algo”. “Con el tardeo, pueden volver a disfrutar de la vida nocturna, aunque sea en horas más tempranas”, afirma. También destaca que lo más interesante del fenómeno es que los jóvenes siguen saliendo de noche, lo que significa que no se ha sustituido un horario por otro, sino que se ha ampliado la franja horaria para atraer a más públicos. Para Alfonso Gómez, el tardeo representa “una manera diferente de disfrutar, que permite conciliar ocio y familia”. Explica que “los domingos te levantas fresco, porque a las once de la noche ya estás en casa”. Esto permite pasar tiempo con la familia, hacer planes, como “ir al pueblo de al lado a comer”. A cierta edad, dice, “los cuerpos ya no están para aguantar hasta las seis de la mañana, y se prefiere un ocio más sanote”.


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