Comienza el juicio en Alemania contra la exterrorista de la RAF Daniela Klette
La mujer de 66 años, que vivió 35 en la clandestinidad, está acusada de intento de asesinato, tenencia ilícita de armas y robo a mano armada

El juicio contra la exmiembro de la tercera y última generación de la banda terrorista Fracción del Ejército Rojo (RAF) Daniela Klette, detenida el pasado año en el centro de Berlín, tras 35 años en la clandestinidad, comenzó este martes en el norte de Alemania bajo estrictas medidas de seguridad y con la presencia de un pequeño grupo de manifestantes con pancartas en las que se podía leer “Libertad para todos los presos políticos” o “Defender la historia revolucionaria”.
En la lectura de la acusación en una sala especialmente protegida del Tribunal Regional Superior de Celle, en el Estado federado de Baja Sajonia, la Fiscalía acusó a Klette, de 66 años, de intento de asesinato, tenencia ilícita de armas y robo a mano armada como “miembro de una banda”. El juicio por ser parte de la RAF ―una banda también conocida como Baader-Meinhof que estuvo activa entre las décadas de 1970 y 1990― tendrá lugar aparte.
“Este juicio no se lleva a cabo contra mí, sino contra la RAF”, afirmó Klette en una declaración de unos 15 minutos en la que aseguró que el plan de llevar a cabo un proceso penal normal había estado perdido desde el principio. “La imagen de una banda de ladrones al acecho y dispuestos a matar se ha difundido deliberadamente”, leyó. “Soy consciente de mi situación”, dijo al final. “El juicio se está llevando a cabo con fines políticos, a pesar de las respectivas afirmaciones. ¿Qué puedo esperar?”.
Klette está acusada de 13 robos a furgones blindados y supermercados perpetrados en los Estados de Baja Sajonia, Renania del Norte-Westfalia y Schleswig-Holstein, cometidos junto con los antiguos miembros de la RAF Ernst-Volker Staub y Burkhard Garweg, que continúan aún en busca y captura. En la mayoría de los atracos, que ocurrieron entre 1999 y 2016 para financiar su vida en la clandestinidad, Klette habría conducido el coche en el que se dieron a la fuga.
Junto con la Fiscalía hay cuatro acusaciones particulares, una de ellas por parte del conductor de la furgoneta blindada cargada con cerca de un millón de euros que fue asaltada por Klette y sus cómplices el 6 de junio de 2015. Debido a que se produjeron disparos, la Fiscalía considera este asalto como un intento de asesinato. Sin embargo, sus abogados niegan que existiera intención de matar.
La defensa solicitó la suspensión del juicio por considerar que es “imposible” llevar a cabo un proceso justo. “Se trata de demonizar a nuestra cliente”, afirmó. Anteriormente, ya había criticado la condena pública previa. “Cualquiera que haya leído la prensa asume la culpabilidad de nuestra cliente”, dijo la abogada Undine Weyers. También solicitó la suspensión del juicio con base en la gran cantidad de documentos de la investigación a la que no han tenido acceso hasta hace poco.
El papel exacto de Klette dentro de la tercera generación no está claro. Sin embargo, en tres casos la Fiscalía investiga su participación debido a pruebas de ADN: en primer lugar, en el fallido atentado contra el Deutsche Bank en Eschborn en 1990. En segundo lugar, un año después, en el ataque con armas de fuego contra la Embajada estadounidense en Bonn, en el que la RAF disparó decenas de veces desde la orilla opuesta del Rin. Y, en tercer lugar, la explosión del nuevo edificio de la prisión de Weiterstadt en 1993, poco antes de su inauguración. Fue el último atentado terrorista en la historia de la organización, antes de que esta anunciara su disolución en una carta en 1998.
Su detención a finales de febrero de 2024 fue posible gracias a un informante y a un pódcast que emprendió la búsqueda de Klette. En su domicilio, en el popular barrio berlinés de Kreuzberg, se encontraron una pistola, un lanzagranadas y un rifle, así como oro, 40.000 euros en efectivo y bloqueadores de frecuencia, teléfonos móviles, pasamontañas, mapas de los lugares de los hechos o de las viviendas que alquilaba bajo nombres falsos y documentos de identidad. Una de las armas fue supuestamente robada en un asalto de la RAF a una armería en Renania-Palatinado en 1984.
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