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La Justicia confirma que el trozo de pulmón encontrado en Lanzarote es de Romina Celeste

Los forenses certifican que los restos son de la mujer paraguaya desaparecida en Nochevieja y cuyo marido sigue en prisión provisional

La Guardia Civil en el domicilio de Romina Celeste durante la investigación el pasado enero.
La Guardia Civil en el domicilio de Romina Celeste durante la investigación el pasado enero.Javier Fuentes (EFE)
Isabel Valdés

Los restos de pulmón que la Guardia Civil encontró en enero en aguas de la costa de Lanzarote pertenecen a Romina Celeste Núñez, la mujer paraguaya desaparecida la pasada Navidad y cuyo marido sigue en prisión provisional desde el 17 de enero. Así lo ha confirmado este jueves el Tribunal Superior de Justicia de Canarias con los resultados del anatómico forense. El ADN hallado en el órgano coincide con el de la madre de Romina, "con un margen de error infinitesimal". Aunque fuentes de la investigación apuntaban hacia "la obviedad" de que fuesen de la joven, esperaban una confirmación oficial. Llega ahora, una semana después de que su madre, Míriam Rodríguez, aterrizase en España para someterse a las pruebas de ADN definitivas.

De esta mujer no se sabía nada desde el 1 de enero. Su marido, Raúl Díaz, denunció su desaparición una semana después y fue detenido cuando las fuerzas de seguridad interceptaron una conversación telefónica en la que contaba a un familiar cómo se había deshecho del cuerpo de la mujer, de 28 años. El hombre, de 44, en prisión preventiva acusado de matar a su pareja y de malos tratos habituales, contó a los agentes que cuando volvió a casa en Año Nuevo se encontró a su esposa muerta y, asustado porque había consumido drogas, decidió deshacerse del cuerpo. Intentó quemarlo en el jardín y, al no conseguirlo, repartió sus restos en dos puntos de la costa de Lanzarote, relató.

El dispositivo de búsqueda se puso en marcha de forma inmediata. El 5 de enero, un turista extranjero que caminaba por la playa de las Cucharas, al este de la isla, encontró un pedazo de "algo" que no supo identificar. Avisó al socorrista y este, explican fuentes de la investigación, tampoco fue capaz de averiguar qué era. "Podía ser un resto grande de pescado, un trozo de algún animal... El hombre lo metió en una bolsa de plástico y lo tiró a un contenedor", explicó la Guardia Civil.

El turista se puso en contacto con las fuerzas de seguridad el 15 de enero después de "caer en la cuenta" de que todo lo que estaba escuchando en las noticias sobre la desaparición de Romina Celeste Núñez y la confesión de su marido podía estar relacionado con el hallazgo de aquel pedazo orgánico. Los agentes recogieron el contenedor en cuestión y se lo llevaron hasta el puesto principal de Costa Teguise, "donde está llevándose a cabo la investigación y donde también se encuentra el vehículo requisado hace más de una semana", el que, según los indicios, Raúl Díaz usó para transportar el cadáver de su mujer.

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Abrieron cada envoltorio y cada bolsa de plástico hasta que dieron con ella el 16 de enero y la enviaron al Instituto de Medicina Legal para su análisis: "Estaba en muy mal estado, llevaba 10 días envuelto, entre basura y al sol. Desde luego no era músculo. Podía ser alguna parte de algún órgano, animal o humano". El lugar donde se encontró, explica la Guardia Civil, la playa de las Cucharas, está a unos tres kilómetros al sur de la zona de Los Ancones, uno de los dos puntos que el acusado marcó al contar dónde había arrojado el cadáver. "Por la distancia, el tiempo y las corrientes, que favorecieron aquel desplazamiento, había posibilidades de que fuera parte de los restos de Romina Celeste Núñez".

Núñez fue la quinta mujer asesinada por violencia machista en 2019, cuando la Delegación del Gobierno la reconoció como tal, antes de esa confirmación sobre el ADN. Pero no fue la última, ya hay ocho víctimas en este año, 983 desde que existen registros oficiales, en 2003. El 016 es el teléfono de atención a las víctimas del machismo. No deja rastro en las facturas, pero debe borrarse del móvil.

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Sobre la firma

Isabel Valdés
Corresponsal de género de EL PAÍS, antes pasó por Sanidad en Madrid, donde cubrió la pandemia. Está especializada en feminismo y violencia sexual y escribió 'Violadas o muertas', sobre el caso de La Manada y el movimiento feminista. Es licenciada en Periodismo por la Complutense y Máster de Periodismo UAM-EL PAÍS. Su segundo apellido es Aragonés.

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