La oferta inesperada que ahorrará 15 millones al año a la sanidad pública en un solo medicamento
La furosemida, indicada contra la hipertensión y uno de los 20 fármacos más consumidos en España, cuesta a partir de hoy un 53% menos al activarse un mecanismo poco usado de competencia entre empresas de genéricos
Unas 30.000 personas acuden cada día a las farmacias españolas a por su caja de furosemida, un diurético indicado para la hipertensión y la insuficiencia cardíaca que es uno de los 20 medicamentos genéricos más consumidos en España. La compra forma parte de una rutina que no ha cambiado en mucho tiempo. La mayoría de los pacientes deben tomar de una a tres pastillas al día y la caja de 30 lleva años costando 2,25 euros, de los que el enfermo paga el 10% según el sistema de copago para tratamientos crónicos fijado por el Ministerio de Sanidad.
Pero muchas cosas han cambiado de repente este miércoles 1 de junio. La empresa UXA farma ha propinado en el último mes una de las mayores sacudidas que se recuerda en el tradicionalmente estable mercado de los fármacos genéricos. La compañía ha propuesto a Sanidad una rebaja del 53% del precio de la caja de 30 pastillas —algo menor en la de 10, muy poco consumida—, que pasará a partir de ahora a tener un precio de 1,06 euros. El cambio no hará ricos a los pacientes, que pasarán de pagar 22 a 11 céntimos, pero las enormes ventas de furosemida —12 millones de cajas al año, según datos del sector— permitirán a la sanidad pública ahorrar unos 15 millones de euros al año solo con esta molécula.
“Llevamos ocho meses preparando esta operación. Disponemos de tres millones de cajas en los almacenes, el consumo de toda España en tres meses, y tenemos asegurados los suministros para mucho más tiempo. Queremos ganar cuota de mercado y esta oferta es la forma más rápida de conseguirlo”, explica un portavoz de UXA farma.
Lo ocurrido en este caso es el mejor ejemplo de lo que pretende el sistema de precios de referencia vigente en España para los medicamentos genéricos: convertir cada principio activo en un pequeño mercado en el que los fabricantes compitan a la baja en los precios para aumentar sus ventas. Estos fármacos son aquellos que ya han dejado de estar protegidos por una patente y cuyo consumo es elevado, lo que permite una reducción de costes importante que Sanidad busca trasladar en forma de ahorro en la factura farmacéutica.
Cada mes, Sanidad publica el día 5 las ofertas recibidas y el resto de competidores tienen tres días para decir si se suman o no al descuento. Las que no lo hagan, quedarán fuera de la financiación pública (y perderán gran parte de sus ventas) en un proceso que se aplica en dos etapas. En la primera, que empieza el día 1 del mes siguiente (este miércoles), las oficinas de farmacia estarán obligadas a dar al paciente el medicamento con el precio más barato en todas la recetas prescritas por principio activo (un 60% en el caso de la furosemida). Sanidad seguirá financiando durante seis semanas las recetas en las que el médico ponga la marca comercial del medicamento, pero, transcurrido este plazo, el nuevo precio quedará fijado como de referencia y ya solo podrán seguir vendiendo a la sanidad pública las compañías que lo acepten.
El problema de este sistema, sin embargo, es que se usa muy poco, las empresas apenas pujan a la baja y los precios permanecen inalterados durante años. “No es un buen sistema, porque las compañías aprenden rápido que si una baja el precio, las demás también tienen que hacerlo y acaban perdiendo todas”, explica José Félix Lobo, catedrático emérito en Economía de la Universidad Carlos III (Madrid).
Por ahora, ninguna de la quincena de empresas cuya furosemida se vende en las farmacias a 2,25 euros la caja ha decidido sumarse al nuevo precio de UXA farma, aunque el sector y los expertos prevén que lo vayan haciendo en los próximos meses si quieren seguir en este mercado. Las compañías tienen libertad para hacerlo a principios de cada mes.
La Asociación Española de Medicamentos Genéricos (AESEG) ha rechazado ofrecer su versión sobre el caso. Un directivo de una empresa competidora de UXA farma, que pide el anonimato, admite que el paso dado por esta empresa ha disgustado al sector. “Es un problema para todos que se siga presionando siempre a la baja el precio de medicamentos que ya son muy baratos. La rebaja puede parecer ahora una buena noticia, pero existe el riesgo de que casi nadie quiera producirlos y al final solo queden uno o dos fabricantes. Entonces se disparan las posibilidades de que surja algún problema y todo el mercado se quede sin un fármaco esencial”, alerta este empresario.
Los foros del sector se han llenado en los últimos días de mensajes muy críticos contra UXA farma, a la que acusan de romper unilateralmente el mercado con el objetivo de quitarse de encima existencias almacenadas y no vendidas, algo que la compañía niega rotundamente: “Estamos hablando de medicamentos sin patente, con muchos años en el mercado y con toda la tecnología de producción más que amortizada. Existía un margen importante de rebaja, pero a pesar de que hay 15 empresas vendiendo furosemida, ninguna ha dado el paso hasta ahora. La calidad y el suministro están garantizados porque esto es algo controlado por Sanidad, así que todo se trata de una cuestión comercial”, defiende un portavoz.
José Félix Lobo ve estas críticas como algo normal con el sistema vigente. “A las empresas no les gusta bajar precios y cuando una da el paso, es lógico que se le vea como un francotirador y haya recelos. Sería mucho mejor otro sistema en el que fuera la administración pública la que llevara la iniciativa y no tuviera que quedar a la espera de si alguna compañía se decide a dar el paso. Una buena fórmula eran las subastas que hacía la Junta de Andalucía, que consiguió descuentos importantes al obligar a las empresas a competir de forma ineludible”, explica este experto.
El sistema de subastas, implantado por los gobiernos socialistas, dejó de ser llevado a cabo con la llegada a la presidencia de la Junta de Juan Manuel Moreno (PP) en enero de 2019. Sanidad tiene otro sistema para rebajar el precio de algunos medicamentos (casi siempre aquellos con más años en el mercado) mediante la revisión anual de los precios de referencia, por la que fija el precio máximo de lo que está dispuesto a pagar la sanidad pública por un fármaco.
En realidad, recuerdan los expertos, la competencia entre empresas de genéricos sí se produce, pero en otro nivel: a través de las ofertas de “dos por uno” o “tres por dos” que las compañías ofrecen a las oficinas de farmacia para que compren sus productos. “La competencia existe igualmente, pero de esta forma no beneficia a la sanidad pública, sino que los márgenes se quedan en el sector farmacéutico”, explica José Félix Lobo. Un informe de la Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia (CNMC) estimó en 2019 que estas ofertas incrementan el margen de las farmacias en un “40% de media”.
Sanidad planteó ese año un plan para que al menos una parte de los 850 millones de euros conseguidos por las farmacias mediante esta vía repercutieran en un ahorro en la factura farmacéutica pública, pero la iniciativa se vio frenada por la pandemia.
UXA farma también se queja de las resistencias que se ha encontrado a la hora de distribuir su producto para conseguir que este miércoles esté disponible en todas las farmacias de España. “Varios mayoristas se han retrasado a la hora de hacer sus pedidos. Hay colegios provinciales que no han informado a las farmacias del descuento... La realidad es que hoy, por un motivo u otro, la mayoría de farmacias no están dispensando la furosemida al precio más bajo y están sirviendo otras alternativas más caras cuando la ley les obliga a hacerlo”, lamenta la compañía.
Sanidad explica que está vigilante, aunque confía que la situación se normalice esta misma semana. En caso contrario, asegura, “se aplicarán las sanciones que prevé la normativa” si algún actor incumple la normativa.
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