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Toros
Crónica
Texto informativo con interpretación

Damián Castaño, herido grave en la inauguración de la temporada taurina en Las Ventas

El diestro salmantino, que trazó los mejores muletazos de la tarde, sufrió una cornada en el muslo izquierdo en el curso de una corrida muy desigual de Adolfo Martín en la que perdió los papeles Rafael de Julia

Un momento de la cogida sufrida por Damián Castaño.
Antonio Lorca

Damián Castaño se jugó el tipo a sabiendas de que podía acabar en la enfermería, como así fue. El quinto toro de esta tarde de inauguración en Las Ventas no fue mal amigo porque lo avisó en distintas ocasiones; de corto viaje, mirada larga y cabeceando a la búsqueda del muslo del torero. La voltereta se presagió durante las tres tandas primeras con la mano derecha, el torero siempre bien colocado, con enorme decisión, y de tal modo surgieron tres derechazos de categoría. Cuando se echó la muleta a la mano izquierda, el animal volvió a fotografiarlo y lo esperó con aviesas intenciones. Y así, se le paró en la primera tanda, y en la segunda le levantó los pies del suelo y le lanzó dos derrotes, el primero en el aire, y el otro antes de caer a la arena. La cornada se había hecho presente.

Es de suponer, no obstante, que el torero era consciente del peligro, y también de su imperiosa necesidad de demostrar cada tarde su disposición a seguir escalando puestos en el escalafón. Esas fueron las credenciales que mostró en el segundo de la tarde, en toro más sobresaliente del encierro, que cumplió como todos en varas, y llegó a la muleta con calidad, humillación y nobleza.

Castaño se lo llevó con capotazos por bajo hasta la boca de riego; lo picó bien José Adrián Majada, se lució en banderillas Rubén Sánchez, y el jefe de filas hilvanó una labor de menos a más que vino a confirmar la calidad del toro y las ganas de su lidiador. Todo comenzó con la mano derecha, y hubo muletazos largos, limpios y hondos. Pero la fusión entre ambos contendientes llegó con el engaño en la zurda: el toro arrastró el hocico por la arena al tiempo que la muleta se desplazaba templadísima en cinco grandes naturales cerrados con el obligado de pecho que levantaron los ánimos de los tendidos; hubo dos naturales del mismo tenor a renglón seguido, y unos adornos finales ante que emborronar la obra con un pinchazo y una estocada baja que dejaron en una ovación lo que hubiera podido ser la primera oreja de la temporada.

No se dejó torear de capote el quinto, al que banderilleó con galanura en Juan Sierra en un par muy ceñido. Después, llegó la voltereta y Damián Castaño descansa ya en la clínica madrileña La Fraternidad, pero con el orgullo de haber demostrado otra vez sus ganas de ser torero.

En esta ocasión fue el veterano Rafael de Julia el que expuso justamente lo contrario. Vino a decir que no está para vestirse de luces; al menos, no lo ha estado esta tarde. Inhibido durante toda la corrida, a merced de sus oponentes, perdió los papeles y ofreció una imagen deplorable. Ya se le vio sin ánimo en su primero, un toro amodorrado ante el que no necesitó justificarse; pero se vino abajo ante el cuarto, al que no quiso —o no pudo— ver ni con capote ni muleta. Al segundo muletazo por alto cayó al suelo, y la impresión fue que las piernas no le respondían; y sin más probaturas —el toro quedó inédito— montó la espada —es un decir— y huyó de la cara del animal en nueve pinchazos impropios de un matador de toros. Ahogado en un mar de dudas, y entre gritos de ‘fuera, fuera’ se resguardó en el callejón. Y lo que no esperaba es que tendría que volver al ruedo para matar al toro que hirió a su compañero: otro mitin.

Mala suerte y peor puntería tuvo Adrián Torres. Se lució en un quite por chicuelinas en el segundo toro de la tarde, y se las vio, primero, con el animal más soso del encierro, el tercero, con el que solo pudo estar voluntarioso, y nada pudo hacer ante el inválido sexto, con el que sí se lució en banderillas Iván García. Disposición y valor, sí, pero puntería con los aceros, ninguna, y eso no es nada bueno.

Martín/De Julia, Castaño, De Torres

Toros de Adolfo Martín, muy bien presentados, cumplidores en los caballos y muy desiguales, sosos, descastados y de corto viaje en el tercio final. Destacó por su calidad y humillación el segundo.

Rafael de Julia: cinco pinchazos y bajonazo (pitos); nueve pinchazos y seis descabellos (bronca).

Damián Castaño: pinchazo y estocada baja (ovación); resultó cogido en la faena de muleta a quinto y acabó con el toro Rafael de Julia de tres pinchazos, _aviso_ cinco descabellos y un pinchazo hondo y bajo (ovación para el toreo herido que recogió su cuadrilla). Parte médico: Herida en el tercio superior del muslo izquierdo, con dos trayectorias; una, hacia dentro, de 15 centímetros que bordea la cara lateral del fémur y contusiona la arteria femoral, y otra, hacia arriba, de 10 centímetros que contusiona el esquión. Pronóstico grave.

Adrián de Torres: estocada baja _aviso_ (silencio); tres pinchazos _aviso_ dos pinchazos y un descabello (silencio).

Plaza de Las Ventas. Inauguración de la temporada 2025. Más de media entrada (13.881 espectadores según la empresa).

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Sobre la firma

Antonio Lorca
Es colaborador taurino de EL PAÍS desde 1992. Nació en Sevilla y estudió Ciencias de la Información en Madrid. Ha trabajado en 'El Correo de Andalucía' y en la Confederación de Empresarios de Andalucía (CEA). Ha publicado dos libros sobre los diestros Pepe Luis Vargas y Pepe Luis Vázquez.
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