La cúpula del fútbol argentino ni siquiera logra organizar un campeonato
El reparto del dinero por los derechos de emisión posterga la creación de la Superliga
La asamblea general de la AFA que tenía que decidir los destinos de la liga argentina empezó con sumo cuidado. Luis Segura, renunciante al cargo de presidente, se desligó de la conducción para “que no quede posibilidad que la asamblea sea observada por FIFA", según reconocería después, y en relación a intervención que decidieron en Zurich y desconocieron los tribunales argentinos. Entonces, fueron Hugo Tomaghello y Daniel Onofri, de los clubes Defensa y Justicia y Gimnasia y Esgrima, los presidentes ocasionales de una asamblea que postergó su decisión hasta el 11 de julio. Lo cierto que la institución viene pateando la pelota hace varios meses. Las elecciones para decidir un nuevo presidente están a referencia de lo que decida la justicia; muchos de los pagos que tienen que ver con la selección nacional se demoran y ahora resta conocer de qué forma se jugará la liga argentina tras los Juegos Olímpicos de Río.
La Superliga parece ser la única opción viable. O por lo menos eso indicó el distendido mitin final que entre risas compartieron Rodolfo D’Onofrio, Daniel Angelici, Hugo Moyano y Nicolás Russo, entre otros. Grupo que tuvo a Juan Sebastián Verón a unos pocos pasos y muy lejos a Claudio Tapia. El negocio del fútbol argentino, aún en manos del gobierno, mueve 128.000.000 de dólares por temporada y reparte un 80% de los derechos de TV a los equipos de Primera División. Fondos que por decisión del presidente Mauricio Macri los administrará la empresa Fútbol Para Todos, de su amigo Fernando Marín, quien ya trabajaba con el gobierno argentino durante el kirchnerismo.
La despedida de Segura
“Yo dije que el 30 terminaba mi mandato, que el 30 me iba, no que renunciaba, que me iba. Bueno, hace de cuenta que es 30”. Con esa imprecisión se despidió Luis Segura de la presidencia de la Asociación del Fútbol Argentino. Entre sus últimas tareas ha estado “tomar un café” en el despacho de la jueza María Romilda Servini de Cubría, quien dispuso la entrada de los veedores a la institución. “No tuve, no tengo, ni tendré una financiera, y quiero que aparezca un sólo club del futbol argentino que diga que lo mandaron a tal financiera a cambiar un cheque”, dijo acerca de la denuncia por administración fraudulenta que cae sobre su persona.
“La AFA esta con inconvenientes económicos, esto no es de hoy. Yo no me pongo la gorra, ni la del cartero, yo acá me comí más de un caramelo: ocupé el lugar porque murió Julio (por Grondona), después seguí porque las elecciones del 3 de diciembre fracasaron y estos meses fueron muy complicados, pero para mí fue un honor ser presidente”, finalizó.
El bloque integrado por los clubes más pequeños se opone al nuevo torneo aunque eso implique una opción que supera la situación actual. "El fútbol así no da para más, la AFA no puede cumplir con sus compromisos económicos, los clubes están desesperados porque si no aparece esa plata no pueden pagar los sueldos. Los dirigentes estamos demostrando que no estamos a la altura de este problema” expresa Raúl Gámez, expresidente de Velez, uno de los clubes que se solidarizan con sus pares del ascenso, y viejo rival de Julio Grondona.
Leonardo López, de Independiente Rivadavia de Mendoza, muestra sus números a EL PAÍS. "Para abrir la cancha necesito 580.000 pesos (38.000 dólares) 2 veces por mes. A mí (la TV) me da 780.000 (51.000 dólares) por mes de los cuales me descuentan 200.000 de impuestos. Yo pierdo 60.000 pesos por partido (4.000 dólares)“. "Con la Superliga quedaríamos empatados, pero nosotros pretendemos un excedente para desarrollarnos, formar equipos competitivos y enriquecer las categorías".
Sin embargo, unos necesitan de los otros, porque para establecer la Superliga es necesario modificar el estatuto, o sea, reunir más de 60 votos de un total de 75. Este martes fueron 67 los presentes. El dirigente Campaña fue quien propuso un cuarto intermedio para discutir la representación del fútbol de ascenso en el consejo que discute el reparto de los fondos. Esa es la disputa de fondo y la solución debería llegar pronto dado que los clubes, entre Copa América y Juegos Olímpicos, llevarán 3 meses sin actividad y sus arcas no resistirían más postergaciones.
Nada es lo que parece en la AFA. Ni el enorme edificio a medio hacer en el predio de Ezeiza, que iba a ser destinado a oficinas y tiene la obra parada; ni los intereses que parecen representar sus dirigentes. Una vez concluida la asamblea, el salón se dividió en diversos grupos, cada uno con gente en círculos más grandes o más pequeños. Algunos conversaban y otros reían. Entre ellos Angelici, quien en un descuido mostró su preocupación por comunicarse con el presidente de Fútbol Para Todos, Fernando Marín y contarle las buenas nuevas. “El juego de poderes ya quedó un poco de lado y habrá que conformar a los distintos sectores”, definió Raúl Gámez antes de irse del predio de Ezeiza.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.