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La CIA programa aumentar las fuerzas antisandinistas en Honduras

La Administración del presidente norteamericano Ronald Reagan prepara un aumento de la ayuda militar y económica para la guerrilla antisandinista que actualmente opera desde las zonas fronterizas de Honduras y Costa Rica contra el régimen de Managua. La Agencia Central de Inteligencia (CIA) programa un rápido incremento de las fuerzas antisandinistas, que pueden pasar de los actuales 12.000 hombres a 15.000, armados, equipados y entrenados por agentes de la CIA, con base en Honduras.La escalada de tensión en Centroamérica, tras la ruptura de un intento de negociación entre el enviado especial de Reagan, el ex senador Richard Stone, y miembros de la guerrilla de El Salvador, puede concluir en una progresión de la presencia militar de EE UU en la zona. Sin embargo, los medios políticos norteamericanos, consideran que Reagan intentará evitar de momento una intervención directa masiva de marines en Centroamérica, debido al clima preelectoral que ya domina la escena política norteamericana, a 16 meses de la elección' presidencial.Las informaciones sobre la mayor penetración de actividades de la CIA en Centroamérica abre también un debate en el Congreso estadounidense. En virtud de la resolución presentada en dos comités de la Cámara de Representantes por los congresistas Edward Bolan y Zabloski, se pide el cese de toda acción encubierta (secreta) de la CIA en Centroamérica. En contrapartida, el Congreso debería aceptar la concesión de 80 millones de dólares para transformar, en realidad, la ayuda encubierta en ayuda abierta, destinada a operaciones militares de los países centroamericanos contra acciones guerrilleras.

En relación con Nicaragua, la Administración Reagan justificó en principo el apoyo a la guerrilla antisandinista como medio para que Managua dejara de apoyar a la guerrilla de El Salvador. En la actualidad, EE UU desea mantener a toda costa las fuerzas antisandinistas, con el propósito de derrotar, o cuando menos, influir en un cambio de dirección política en el Gobierno de Nicaragua.

Mientras la Administración Reagan parece preparar acciones de envergadura hacia Centroamérica, en San Salvador, el ex embajador norteamericano Deane Hinton, recientemente sustituido, criticó duramente el "relativo silencio" de los líderes políticos y económicos de El Salvador ante la continuación de los crímenes, bajo el pretexto de que son personas que "simpatizan con la guerrilla". También en El Salvador, la guerrilla envió a la Embajada de EE UU cartas de amenaza de muerte contra el personal norteamericano, cifrado actualmente en unos 55 consejeros militares y unos 20 consejeros militares médicos.

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