Jordi Marsal

Jordi Marsal Muntalá salió de la sede del Partit dels Socialistes de Catalunya (PSC) en Manresa (Barcelona), a las tres de la madrugada de ayer, convencido de que había perdido el acta de diputado que obtuvo en 1982 y revalidó en 1986. Los resultados oficiales daban 13 diputados al PSC en Barcelona, y él era el candidato número 14. Caminó hasta su casa, se puso cómodo y abrió un libro. Un cuarto de hora más tarde sonaba el teléfono. Desde Barcelona le comunicaban que el recuento al 100% modificaba las previsiones y que él regresaría al palacio de la Carrera de San Jerónimo. Puso la radio. Media hora más tarde oyó la voz de Rosa Conde que oficializaba el rumor del diputado número 176 y añadía que se trataba de uno de Barcelona. Marsal se convertía así en el diputado de la mayoría absoluta del PSOE.Jordi Marsal nació en Manresa el 8 de mayo de 1951. Está casado con Montserrat Pons, una doctora en Ciencias Exactas que elabora los programas informáticos con que el PSC hace el seguimiento de los resultados electorales en la comarca del Bages. Tiene dos hijas que estudian segundo curso de BUP y quinto de EGB.

Marsal se licenció en Filosofía con 50 matrículas de honor en su currículo y se dedicó a la docencia hasta que en 1979 los socialistas ganaron las elecciones municipales en Manresa y pasó a dedicarse al gobierno de la ciudad. Para entonces llevaba ya bastantes años en política. Su primera afiliación fue en un partido independentista de izquierdas para, posteriormente, participar activamente en el proceso de fusión entre las formaciones socialistas catalanas y el PSOE. Antes había sido miembro de la Assemblea de Catalunya, organismo unitario de la oposición antifranquista.

Marsal asumió en Manresa el papel de duro, hasta el punto de que cuando José Borrell eligió Manresa para experimentar uripeinado fiscal, los comerciantes le culparon de la iniciativa y ir se manifestaron una noche ante su domicilio.

El diputado socialista, cuyo acta está pendiente del recuento de los votos, fue acosado ayer por los medios de comunicación. "Me siento como en un escaparate, pero esto forma parte de la política", comentó.

La noche anterior había puesto cara de póquer y, según su esposa, no era ninguna pose: "Lo cierto es que él estaba tranquilo. Era el único que lo estaba en la sede del partido". Marsal aclara: "Me había preparado psicológicamente para pasar una noche con nervios, pero me parece que los tengo más hoy [por ayer] que anoche. Quizá fuera por el efecto de la gripe que pillé la noche en que Felipe dio su mitin en Barcelona".

Entre gripe y agitación, ayer Marsal no almorzó. "Es curioso que por una anécdota que le pudiera haber ocurrido a cualquier candidato de otra provincia" porque dependía de la velocidad del recuento, esté obteniendo más proyección en los medios de comunicación que en siete años de diputado".

Va a ser una fama fugaz y él lo sabe. Si pierde su escaño, "no va a ser ningún drama, porque siempre he sabido que no me pasaría toda la vida en el Congreso. Un día u otro tendría que volver a mi profesión. Más que por mi situación, lamentaría perder el escaño porque ello significaría perder la mayoría absoluta para mi partido".