Darío Silva fulmina al Villarreal
El Málaga se impone en El Madrigal en un partido notable de ambos equipos
Darío Silva desenfundó dos veces en El Madrigal para tumbar a un Villarreal que fue de menos a más. Pero no creció lo suficiente el equipo de Víctor Muñoz como para doblegar a este Málaga de un ataque extraordinario. El partido fue muy bueno, con alternativas constantes y excelentes futbolistas dispuestos a exhibirse. Darío Silva por encima de todos.
El Villarreal no solamente anduvo tuerto la primera parte, sin nadie que circulara por su costado izquierdo, sino que además perdió a dos hombres por lesión antes del descanso: Unai y Schelotto. Mucha concesión para el Málaga. Su excelente centro del campo -Rufete, Movilla, De Los Santos y Sandro- alimentó sin cesar a sus delanteros, siempre ávidos de goles. Especialmente el agresivo Darío Silva, que atravesó a López Vallejo con un trallazo seco tras el balón que le había peinado De los Santos. Silva, además, se aprovechó de que acababa de salir del campo su marcador hasta entonces, Unai, y de que el sustituto, Berruet, estaba tomando posiciones.
VILLARREAL 1 |MÁLAGA 2
Villarreal: López Vallejo; Roca, Unai (Berruet, m. 39), Quique Álvarez, Arruabarrena; Jorge López, Amor (Xabi Gracia, m. 57), Cagna, Schelotto (Craioveanu, m. 42); Víctor y Palermo. Málaga: Contreras; Rojas, Larrainzar (Fernando Sanz, m. 67), Roteta, Bravo; Rufete, De Los Santos, Movilla, Sandro (Zárate, m. 67); Darío Silva (Canabal, m. 90) y Dely Valdés. Goles: 0-1. M. 45. De Los Santos peina hacia atrás tras un saque de banda, el balón le llega a Darío Silva y el uruguayo marca de potente derechazo. 1-1. M. 66. Palermo cabecea a gol, Contreras no ataja el balón y Arruabarrena marca desde cerca. 1-2. M. 82. Darío Silva aprovecha un error en el despeje de Quique Álvarez y bate con la izquierda a López Vallejo. Árbitro: Daudén Ibáñez. Amonestó a De Los Santos, Quique Álvarez, Amor, Berruet, Gracia, F. Sanz y Palermo. 15.000 espectadores en el Madrigal.
El debutante Schelotto navegó perdido en su estreno liguero. No quiso transitar por la izquierda como se le había encomendado, sino que se marchó hacia el centro, y eso provocó un atasco continuo en el ataque del Villarreal, que actuó sin ventilación. De poco sirvió, pues, que el lateral Xavi Roca penetrara incisivo por la derecha o que el capitán Cagna abriera pasillos por donde avanzar posiciones. Llegados al punto culminante, el atasco.
El Málaga, en cambio, tuvo más el balón y llegó arriba con más claridad, con Rufete desplumando a Arruabarrena a las primeras de cambio, y con Darío Silva con el cuchillo entre los dientes. Tras el descanso, se esperaba un Villarreal muy diferente. No sólo por la entrada de Craioveanu, siempre mensajero de buenos presagios, sino porque quería remontar el partido. De lo cual sacó tajada Rufete, que comandó a su equipo en el contragolpe con gran autoridad. El Villarreal, mal plantado en este reinicio, perdió la pelota y corrió detrás de ella más de lo aconsejable.
Con la entrada de Xabi Gracia, sin embargo, el Villarreal recuperó el sentido de su juego, la naturalidad en la posición de sus jugadores. El árbitro se tragó un penalti clarísimo de Larrainzar poco antes de que Jorge López enviara un cabezazo al travesaño. A continuación marcó Arruabarrena tras un fallo en el blocaje de Contreras en una jugada polémica: ¿atravesó el balón totalmente la línea de gol? El partido se abrió completamente: de una portería a otra, con un ritmo infernal. El Villarreal presionó muy arriba en el tramo final. Pero justo cuando mejor lo estaba haciendo, Darío Silva le golpeó de nuevo. Esta vez el uruguayo aprovechó la pifia en el despeje de Quique Álvarez, sumó su décimo gol en la Liga y ganó de paso el particular duelo de arietes que mantuvo con un Palermo desasistido.
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