John Yoshio Naka, el maestro del bonsái
John Yoshio Naka, el famoso maestro del bonsái a quien se atribuye el haber traído este arte a Occidente, murió el miércoles en el Centro Médico de Whittier, California. Tenía 89 años.
Estaba considerado como uno de los más grandes maestros del bonsái de su época, incluso en Japón. Este arte japonés que data del siglo XIII -aunque se originó en China varios siglos antes- implica reducir y dar forma a árboles y arbustos en miniatura, por medio de alambres y una cuidadosa poda. El talento de Naka consistía en crear paisajes, como su asombroso Goshin, que significa "protector del espíritu". Es un bosque de 11 enebros, cada uno de los cuales representa a un nieto. Naka tardó 55 años en realizarlo.
En 1990, el Jardín Botánico Nacional de Washington le dedicó el pabellón de bonsáis John Y. Naka, una colección de árboles de maestros del bonsái de todas partes del mundo, en el que el Goshin de Naka tiene un lugar de honor.
Naka recibió docenas de premios honoríficos por su obra y por su disposición a enseñar el arte a gentes de todas las naciones y culturas. En 1985, el emperador Hiro Hito de Japón concedió a Naka la Orden de V Clase del Sol Naciente, el mayor honor que confiere la nación a los no ciudadanos.
Naka y otros cuatro entusiastas del bonsái fundaron la Sociedad del Bonsái de California, de la que él fue presidente durante 32 años. Dio sus últimas clases en 1992, en la convención de la Sociedad del Bonsái de California en Irvine. Sus libros Técnicas del bonsái I y Técnicas del bonsái II se han traducido a cinco idiomas.
Era probablemente más conocido por su disposición a enseñar este arte a cualquiera que quisiera aprenderlo. Él y su mujer abrían con frecuencia su casa de Whittier a estudiantes y visitantes que querían contemplar el jardín de bonsáis de su patio trasero. Algunos de los árboles modelados por Naka tenían más de 60 años. Pero él era delicado con respecto a la edad de sus árboles y decía que era "como preguntarle la edad a una mujer anciana".
"Fue el mayor de los maestros", afirmó Doug Acker, de Phoenix, que conoció a Naka hace 25 años en un taller de Los Ángeles. Acker dijo que en aquella época la mayoría de los clubes de bonsái eran exclusivamente reuniones de japoneses mayores y las clases se impartían en japonés, en el caso de que se aceptase la entrada de occidentales. "John cambió aquello. Lo hizo accesible a todo el mundo", dijo Acker. "Él nunca se guardó nada, quería que todo el mundo supiera lo que él sabía".
Naka nació el 14 de agosto de 1914, el último de los tres hijos de unos inmigrantes japoneses de la comunidad de granjeros de Fort Lupton, Colorado. Cuando la abuela de Naka murió, él, que entonces tenía ocho años, y su familia volvieron a su ciudad natal de Kurume, en Japón, para cuidar de su abuelo. Y fue Sadehei, su abuelo, quien le introdujo en el arte del bonsái. Se llevaba a Naka a pasear por el bosque y permitía al niño que le observara mientras él podaba y daba forma a los árboles. Más adelante le permitió ayudarle a regar y quitar las malas hierbas.
A los 21 años Naka volvió a Colorado para trabajar en la granja de su hermano. En 1946 se trasladó a Los Ángeles y montó una empresa de paisajismo.
Naka perfeccionó su maestría con el bonsái -que significa "árbol en un recipiente"- trabajando con otros maestros del bonsái hasta que se labró una sólida reputación. Finalmente, Naka enseñó a cientos de personas el arte del bonsái por medio de talleres, convenciones y clases impartidas en todo el mundo. No quiso enseñar en Japón porque, decía, sería como "intentar predicarle a Buda".-
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