_
_
_
_
Editorial:
Editorial
Es responsabilidad del director, y expresa la opinión del diario sobre asuntos de actualidad nacional o internacional

Otegi y la legalidad

Arnaldo Otegi tuvo que dar explicaciones ayer ante un tribunal de justicia sobre su intervención, en 2003, con su partido ya ilegalizado, en un homenaje a un antiguo dirigente de ETA. Se trata de una de las cinco causas abiertas contra él, una de las cuales le llevó hace unos días a prisión, de la que pudo salir tras pagar una fianza de 650.000 euros. Lo primero que hizo al abandonar la cárcel fue participar en una manifestación en protesta por la prohibición judicial de un acto convocado por Batasuna. Hubo miles de manifestantes pero no pancartas de la organización ilegal, y tanto Otegi como los demás dirigentes de Batasuna se abstuvieron de dirigir la palabra a los asistentes y rehusaron hacer declaraciones.

Más información
Otegi niega haber hecho apología del terrorismo en el homenaje a Argala
Otegi sostiene que participó en un acto en recuerdo de Argala pero que no enalteció a ETA

Son episodios del pulso que se está desarrollando desde el inicio del alto el fuego. La izquierda abertzale, con el apoyo de una parte del nacionalismo institucional, considera que la tregua deja sin sentido los procesos en curso contra miembros de Batasuna o su entorno, y que tampoco hay motivo para mantener la ilegalización de ese partido. E incluso se pide, por inútil, la derogación de la Ley de Partidos. Sin embargo, no hay forma de revocar la sentencia del Tribunal Supremo que sacó a Batasuna de la legalidad. Y para que sus miembros pudieran formar un partido nuevo, con otro nombre, tendrían que presentar unos Estatutos que incluyeran claramente el compromiso de no vinculación con la violencia y de acatamiento de la ley.

Batasuna no será legal si opta por saltarse sistemáticamente la ley y desobedecer las resoluciones judiciales. Del mismo modo que el alto el fuego está en fase de verificación, también Batasuna está a prueba. Sus dirigentes lo saben, como demuestra el hecho de que expresamente declarasen que acataban la prohibición del acto previsto para el sábado pasado, a diferencia con otras muchas ocasiones. Que no se impidiera la manifestación convocada contra esa prohibición por unos particulares entra dentro del margen de lo que la ley permite. Y siendo legal la convocatoria, nada impedía la asistencia de Otegi, que no tiene restringido ese derecho.

Lo significativo de la manifestación no fue la participación de dirigentes del partido ilegalizado, sino su manifiesta voluntad de evitar cualquier comportamiento que pudiera considerarse ilegal. Algunos de esos dirigentes comprendieron con su ilegalización los efectos ineludibles de su sometimiento a ETA; ahora están haciendo la experiencia de la necesidad de respetar los límites de la ley. Es torpe reaccionar igual cuando acatan que cuando desafían.

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo

¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?

Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.

¿Por qué estás viendo esto?

Flecha

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.

Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.

En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.

Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_